Nuestra historia
Historia y Evolución del Club
El club tiene su origen en la fundación del Club de Fútbol Sala C.F.S. El Pino en 1988 y del C.F.S. Los Álamos en 1991. En junio de 2003, ambas entidades se fusionaron, dando lugar al actual Club Deportivo C.F.S. El Pino – Los Álamos (Aguas de Teror). Desde sus inicios, el club ha promovido principalmente el fútbol sala, pero con el tiempo ha ampliado su oferta deportiva.
En 2007, se creó la Sección de Baloncesto con un equipo federado cadete, seguido de una escuela de iniciación. Posteriormente, en 2012, el club se afilió a la Federación Canaria de Montaña, incorporando trail y senderismo. En 2013, respondiendo a la demanda local, se creó la Sección de Gimnasia Rítmica. En los últimos años, el club ha seguido expandiéndose con nuevas disciplinas deportivas:
2016: Luchas Olímpicas y Modalidades Asociadas.
2017: Kickboxing (en colaboración con el gimnasio TAZ TEROR).
2018: Ajedrez.
2022: Fútbol 11 Veterano.
2024: Pádel, voleibol, marcha nórdica y envite.
Misión y Objetivos
El objetivo principal del club es la formación en valores y la promoción de una mejor calidad de vida mediante el deporte. Buscamos que nuestros deportistas progresen en sus disciplinas, alcanzando competiciones regionales o nacionales. En la actualidad, el club cuenta con casi 1.000 deportistas federados, lo que supone un hito significativo en un municipio de tan solo 12.500 habitantes.
Estrategias de Promoción y Participación
Para fomentar la participación en el deporte y garantizar la asistencia a eventos, trabajamos en los siguientes aspectos:
Promoción: Utilización de redes sociales y medios locales.
Participación: Involucración activa de la comunidad.
Experiencia del espectador: Creación de eventos atractivos y memorables.
Accesibilidad: Cuotas e inscripciones asequibles.
Comunicación efectiva: Información clara y actualizada.
Valores Fundamentales
Trabajamos activamente para inculcar valores deportivos y éticos en nuestros miembros:
Respeto hacia compañeros, rivales y árbitros.
Juego limpio, evitando trampas y actitudes deshonestas.
Disciplina y perseverancia.
Trabajo en equipo y apoyo mutuo.
Espíritu deportivo, aceptando victorias y derrotas con dignidad.
Superación personal, con esfuerzo y dedicación.
Humildad, reconociendo logros sin arrogancia.
Estos valores no solo impactan en el deporte, sino también en la vida diaria, contribuyendo a una sociedad más justa y colaborativa.